jueves, 21 de octubre de 2010

Estudio de las células



En el siglo XVII ( 1665) el científico inglés Robert Hooke, logró perfeccionar algunos instrumentos ópticos, entre ellos el microscopio. Este aparato le permitió observar en tejidos vegetales, la existencia de pequeños compartimentos a los que llamó cells. Hooke realizó el primer estudio histológico sobre la estructura celular del corcho. La histología nació con los primeros estudios que emplearon el microscopio como él, y una rama particular de esta es la citología. Esta estudia la célula aislada y constituye en definitiva la base de todas las ciencias biológicas.

El nombre se ha conservado, pero hasta casi dos siglos después, en 1838, no se elabora la teoría celular de la constitución de los seres vivos. Fueron sus creadores dos alemanes, el botánico Matthias Schleiden y el zoólogo Theodor Schwann, quienes estudiaron las células en los vegetales y animales, respectivamente. Aseguraron estos científicos que la célula es la unidad viviente elemental integrante de los seres orgánicos. Posteriormente, al descubrir el protoplasma de las células se perfecciona esta teoría. Según sus proposiciones podemos definir a la célula, como la unidad anatómica y fisiológica que integra el cuerpo de los seres vivos, que procede de la división de otra célula. Estas teorías han ido desarrollándose a lo largo de loa años y también han ido apareciendo otras, gracias principalmente, a la mejora de los instrumentos de observación.

El microscopio electrónico, servido por otros dos instrumentos clave - el ultramicrotomo y la ultracentrifugadora diferencial -, ha hecho retroceder las fronteras de lo invisible, desde un quinto de micra, poco más o menos - límite del poder de resolución de la microscopía óptica - hasta diámetros cien veces más pequeños. En el estudio de las células, como en tantos otros, esto ha significado un enriquecimiento, en ocasiones una revolución, y con menos frecuencia se han cosechado decepciones. Un tanto paradójico resulta que al mismo tiempo que las células y sus orgánulos iban revelándose más y más complejos, en conjuntos se ha llegado a la conclusión de que una gran unidad caracteriza a todo el mundo vivo, que es un mundo de células en sus dos grandes divisiones, de las cuales se hablará posteriormente.

La unidad estructural de la materia se acentúa según se desciende a los niveles de la Biología molecular y submolecular, donde la vida se traduce en movimientos elementales de las moléculas, iones, átomos y electrones periféricos, acompañado todo ello de cambios de energía. Si se vuelve a subir de nivel, reaparece la diferencia entre células y células. En los organismos pluricelulares la diferenciación celular significa una división del trabajo; algo así como lo que ocurre a diferentes escalas en los grupos coloniales y en los sociales. En todo caso, allí donde puede hablarse de organismos es porque existe cierta unidad armónica de partes que no se limitan a coexistir, sino que conspiran en pro de la supervivencia del conjunto.

Todas las criaturas vivas están formadas por células.
Se cree que todos los organismos y todas las células que los constituyen descienden por evolución de una célula ancestral común. La evolución implica dos procesos esenciales:
-La aparición de una variación al azar en la información genética de un individuo a sus descendientes.

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