La célula procariota
Las células procariotas son pequeñas y menos complejas que las eucariotas. Contienen
ribosomas pero carecen de
sistemas de endomembranas (esto es, orgánulos delimitados por
membranas biológicas, como puede ser el
núcleo celular). Por ello poseen el material genético en el
citosol. Sin embargo, existen excepciones: algunas bacterias fotosintéticas poseen sistemas de membranas internos. También en el
Filo Planctomycetes existen organismos como
Pirellula que rodean su material genético mediante una membrana intracitoplasmática y
Gemmata obscuriglobus que lo rodea con doble membrana. Ésta última posee además otros compartimentos internos de membrana, posiblemente conectados con la membrana externa del nucleoide y con la membrana nuclear, que no posee peptidoglucano.
Por lo general podría decirse que los procariotas carecen de citoesqueleto. Sin embargo se ha observado que algunas bacterias, como
Bacillus subtilis, poseen proteínas tales como MreB y mbl que actúan de un modo similar a la
actina y son importantes en la morfología celular.
Fusinita van den Ent, en
Nature, va más allá, afirmando que los citoesqueletos de
actina y
tubulina tienen origen procariótico.
De gran diversidad, los procariotas sustentan un metabolismo extraordinariamente complejo, en algunos casos exclusivo de ciertos
taxa, como algunos grupos de
bacterias, lo que incide en su versatilidad
ecológica. Los procariotas se clasifican, según
Carl Woese, en
arqueas y
bacterias.
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